Título: Crónica insignificante
Autor: Emilio Casado
Edición: E-book
Páginas: 323

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Últimamente no me canso de comentar lo buenos libros que estoy descubriendo, gracias a autores noveles que recurren a dar a conocer sus libros gracias a su esfuerzo e ingenio sin tener detrás una editorial que los respalde.

Son muchos los casos, afortunadamente, de autores que dan a conocer su obra a través de internet con libros en formato electrónico o incluso otros que se deciden a autopublicar su obra para que las palabras que han escrito con tanta ilusión sean leídas. Y lo que más gratamente sorprende, en muchos de estos casos, es la calidad de esos libros. De esas historias que afortunadamente no han quedado encerradas en un cajón.

Cuando tuve noticia de que Emilio Casado organizaba un club de lectura en Facebook no dudé ni un momento en apuntarme. Y me alegro mucho de haberlo hecho.

He leído el libro en formato electrónico y aunque su título lo califique de Crónica insignificante, he de decir que tanto la historia como la forma de contarla hacen que realmente el libro sea digno de tener en cuenta.

La historia que en principio puede ser eso, una crónica de una persona insignificante, un perdedor de los que hacen época, o al menos eso piensa el protagonista sobre si mismo, nos va llevando de la mano por su vida y por la de aquellos que le rodean y esta es una gran baza del libro.

El protagonista nos habla en primera persona y como si fuera un diario de su vida le vamos acompañando durante aproximadamente una semana en todas sus vivencias.

Lo bueno de esto es que hay multitud de facetas y reflexiones, unidas a los actos diarios, que nos hacen ver que incluso en un vida cotidiana triste y anodina puede esconderse mucha filosofía.

La variedad de esa vida corriente, como es ver al protagonista en su entorno familiar, en el laboral, o en sus momentos de ocio, hace que a veces parezca que son varias personas sobre las que estamos leyendo, y eso es lo que más me ha gustado.

Quiero decir que el protagonista es un perdedor, todo le sale mal, al menos al comienzo del relato, pero poco a poco, según le acompañamos vemos muchas cosas de él, muchas facetas, porque afortunadamente ni el personaje es plano ni la gente que le rodea tampoco. Así que partiendo de lo que sería un relato cotidiano de una persona normal con bastante mala suerte, nos encontramos con una historia rica en matices, que nos muestra también una vida interior, unas pasiones, como por ejemplo la música, tan importante durante todo el libro, y unos pensamientos personales que hacen que el libro te atrape desde el principio.

Otra cosa que el autor ha sabido hacer muy bien es darnos la certeza de que todo tiene su lugar. Mientras iba leyendo pensaba que todo pasaba por algún motivo. Desde el teléfono móvil que el protagonista encuentra durante su noche de juerga con su amigo, pasando por que le asignen como paciente al mafioso, o como que tenga que ver al asesino de locutores para comprobar si está listo para su libertad. Todas estás cosas y muchas otras, se me iban quedando grabadas mientras leía y pensaba que todo acabaría uniéndose, que eso estaba ahí por algo. Y al final me he sentido satisfecha, al ver como ese cúmulo de circunstancias acaban encajando.

En cuanto a los personajes yo creo que es otro acierto de Emilio. Todos sus personajes tienen alma. Es curioso como a pesar de que Emilio no se extiende en descripciones eternas, podemos prácticamente ver al personaje delante de nosotros. De hecho el libro me ha resultado muy visual, pero esto lo explicaré más adelante.

Creo que el personaje con el que me di cuenta de la fuerza que le transmite Emilio a sus personajes utilizando un par de pinceladas fue en el caso del mafioso. Aun ahora puedo recordar el detalle de las gafas, por ejemplo. Al final con una breve descripción consigue que no solo tenga una imagen clara, que yo me elaboro utilizando su descripción y mi imaginación, si no que además tenga la certeza de como es esa persona en cuanto a su interior.

El caso es que los personajes al final te gustan o no te gustan pero al menos sientes algo por ellos. Es como si nos diera una del cal y una de arena, todos son humanos, todos tienen algo bueno y algo malo y eso es algo que me encanta.

Quizás, el personaje al que más antipatía le tengo es al amor platónico del colegio que reaparece de nuevo en la vida del protagonista, no sé porque ella me cayó mal casi inmediatamente, y aunque parece que es el comienzo de la nueva vida del protagonista, como si toda la mala racha fuera a pasarse, a mi no acababa de convencerme en absoluto y creo que acabó de confirmármelo al final del todo, por su reacción ante cierta noticia, hay una frase que se me quedó grabada y que me hizo que me resultara realmente desagradable.

Antes decía que el libro me ha resultado muy visual, pero es que según leía iban llegándome imágenes puramente cinematográficas. Desde un estilo Almodovar total en lo referente a los padres del protagonista, esa madre y ese cura de la España profunda, que realmente me ha parecido casi una caricatura casposa de la que tanto provecho hizo el director de cine, que os juro que me faltaba ver una flamenca encima de la tele de la madre del protagonista. Y la parte del cura comiendo en casa es realmente del cine de la época del seiscientos.

Por otro lado la parte del amigo del protagonista o cuando se van de juerga por la noche, en algunos momentos me venía a la mente Brett Easton Ellis, con sus desfases de droga, alcohol y mujeres. Con esto no comparo a los autores, solo digo que eso es lo que me venía a la mente al leer.

Y en cuanto a la parte profesional del protagonista, sobre todo con la sesión con el mafioso, al que no he podido evitar ponerle la cara y el cuerpo de Tony Soprano, pero con gafas de pasta, me ha encantado, creo que es el personaje que más me ha gustado con diferencia. Aunque al final me haya desilusionado un poco, pero no puedo decir porque sin desvelar el final.

Lo que quiero explicar con estos ejemplos sobre lo que me sugería cada parte del libro es que el cambio dependiendo de la situación en la que se encuentre el protagonista es muy significativo, lo que obra en un gran beneficio para el conjunto puesto que hace que el libro tenga ritmo, que a pesar de que se trata tan solo de la descripción de unos días en la vida de una persona en principio sin demasiado interés, que lo ha perdido casi todo y ha tenido que volver a casa de sus padres, se convierta en un relato apasionante en el que no puedes parar de devorar páginas.

Pero cuando crees que ya tienes mas o menos todo controlado y piensas que sabes por donde va a seguir la historia, entra en juego el golpe maestro del autor. Un golpe de efecto genial en el que no solo cambia el final que imaginabas si no que lo hace de una forma tan sorprendente que quedas un poco noqueado. Porque si bien el libro está narrado por el personaje protagonista de repente cambia todo, y cuando digo todo me refiero a todo, el estilo, el momento temporal en el que nos moviamos y hasta aquí puedo contar.

Ese final, bajo mi humilde punto de vista es lo mejor de todo el libro. Es lo que hace que el libro sea grande de verdad, que lo recordemos, que la gente deba leerlo y que haya merecido la pena conocer al protagonista y todos aquellos que le rodean en su vida.

Por que el protagonista nos deja su crónica insignificante para dejar de serlo, para tener su acto heroico, para dejar una impronta y para que nadie le olvide. Por eso precisamente el mejor resumen del libro es la última frase, la que cierra la historia y la que explica el porqué del libro. Sencillamente genial.

No puedo menos que recomendaros su lectura, es un libro que merece la pena leer y sería justo que fuera respaldado por una editorial y es una lástima que autores como Emilio Casado tengan que lograr ese reconocimiento por medio del boca a boca y el entusiasmo de los lectores, aunque realmente eso es lo que le da el valor real al libro. No siempre el buen marketing respalda un buen libro, pero si un grupo de lectores avalan un libro por que les ha gustado, porque quieren que otros lo lean para que lo disfruten, realmente eso es lo que vale y eso Emilio lo ha conseguido por méritos propios.

El libro se puede adquirir online a través de Bubok